junto a ti, mis manos frías.
Tibio fulgor de mis fuerzas,
invisible esperanza espía,
perdida leyenda de amor,
recondo laberinto de mis días.
No abandones en tus tinieblas,
a aquel mago ilusionista,
que deslumbrado tu corazón tenía,
en aquel tiempo de conquista.
Ciega mi alma te creía,
vuelo ahora, solo, en cenizas.
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