Desalmado como el viento seco
que ya no refresca nunca nada,
erosionando todo por dentro
así suele ser por momentos.
Es el llanto sin lágrimas
sólo espasmos huecos
canción sin melodía
iglesia sin sus rezos
sin culpas y sin nada
insomnio sin bostezos.
Perpetuo morir a solas
con ese empuje somero
de aquellos tibios sueños
esfumándose en el tintero,
se van evaporando
todas las historias
de largas vivencias
que nunca ocurrieron.
Solo queda la ausencia
y el fino olor del deseo
para no perder la esencia
de lo único que poseo:
La quietud perpetua
de mi yo interno
lo demás es lo de menos
después del tiempo perdido....
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