A veces me olvido de quien soy y de todo lo que llevo en la maleta.
A veces me acuerdo de que es un peso grande, que me arquea la espalda y me duele al dormir.
A veces lucho contra la memoria, pero los recuerdos más lejanos atacan sin aviso... Incluso los que no son míos, los que vienen en la sangre...
Abro la maleta y empiezan a saltar en todas las direcciones, enredados, incesantes... No logro detenerlos hasta que es demasiado tarde, hasta que la euforia o la melancolía me tiran al piso en un llanto de risa o en un ahogo de pena...
A veces es jodido pensar tanto, recordar tanto... No poder o no querer cerrar la puerta de la memoria y de la imaginación... A veces cuesta asumir haber vivido diez vidas en una...
Pero a veces inspira y, siempre, siempre, me asegura que quiero escribir... porque no conozco otra forma de gritar.
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