Querido Diario:
Hoy la soledad me visita de nuevo, es algo a lo que realmente estoy acostumbrada. En ella me siento protegida, al no haber nadie, pues...nadie puede hacerme daño. Hablando con las estrellas, he aprendido, que quien espera de los demás termina decepcionado, pero...¿quien no espera nada de nadie, puede ser feliz? Vivir por vivir, es como vivir en un mundo de zombies sistemáticos que nada tienen porque nada sueñan, simplemente, se conforman en un mundo banal y adaptado para el disfrute de la evasión. Pero ¿sabes que, mi querido Diario? Esa gente es la que si está completamente sola, porque no le da un sentido a su vida, tan sólo...sobrevive, sin querer entender que las adversidades son oportunidades para mejorarse, sin querer entender que tener metas alimenta las ganas de triunfo y superación personal, sin querer entender que confíar en lo desconocido es abrirse puertas a darse a conocer y a conocer algo mejor de lo ya conocido, sin querer entender que el riesgo....es un reto que se hace dulce cuando apuestas a ganar. La vida es tan tan sencilla, mi querido Diario, y la hacen tan tan complicada, que terminan ellos solos defraudándose de si mismos. Abrazada a la almohada, he aprendido a valorar el sentido de la compañía, y es tan agradable poder confíar con alguien, a parte de en ti mismo...que hace que las cosas más difíciles se hagan fácil al lado de quienes apuestan por ti y te ayudan a soportar, esos pequeños baches que la vida te ofrece, no para que caigas...sinó para que te levantes más fuerte. Y la verdad, querido diario, es que se hace más llevadero, cuando tienes a alguien que te coge de la mano tan fuerte, que no permite que tus rodillas lleguen a tocar el suelo. Cuando, de pequeño, aprendes a andar, en realidad...no sabes porqué lo haces, simplemente sabes que debes hacerlo. Y caes una y otra vez, al lado de una mano amiga que te ayuda a levantarte y te anima a volverlo a intentar...Es tan natural, como cuando somos adultos. Nadie en verdad, sabe hacia donde anda...pero quienes tienen un porqué para luchar, (como cuando somos pequeñitos) el miedo a la caida, sólo es pasajero y se olvida pronto, y entiendes, que no necesitas saber hacia donde vas, sinó que deber ir...cayendo las veces que sea necesario.
Mi querido Diario, hoy, me abrazo a la soledad porque hoy es mi mejor amiga, es mi voz propia la que hoy me está ofreciendo la mano, la que me anima a dejar atras el camino ya andado y mirar hacia adelante para darme cuenta...que todavía queda mucha hierva que quitar, y que no puedo ni debo relajarme si lo que en verdad quiero...es seguir andando. Quedarme en el conformismo, de lo ya conocido, e incluso..creer que lo disfruto, es, posiblemente...la más cruel de las muertes lentas. Porque la ilusión por vivir y descubrir, desaparece...y el alma, se queda muerta sin nada que la alimente. Mi querido Diario, he aprendido que quererme hace querer a los demás, que respetarme hace que respete a los demás, que darme a mi misma la oportunidad de caminar, es dársela a los demás y que...quien tiene alas y quiere volar, tan sólo necesita una brisa que lo guíe...Mi querido Diario, hoy, vuelo...y no estoy sola, me tengo a mi misma para darme cuenta, que ese viento que necesitan mis alas, me las dan esas personitas que me rodean y no me impiden desplegarlas sabiendo que, si caigo en el intento...estarán allí, ofreciéndome su apoyo y su compañía. Es por eso, que quienes me impiden o me distraen, o me incitan a olvidarme que eso es la vida, yo...les invito a que se alejen de mi, porque nada tienen para aportarme y ese tipo de gente, es la que realmente me defrauda. Asi que, mi querido Diario, he aprendido a ser selectiva y a no dejarme llevar por esas personas de las que no puedo esperar nada, y...así, aprender y compartir, con aquellas personas en las que sin duda, puedo confiar realmente...y se, que ese tipo de amigos, son en los que puedo confiar realmente....
